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Reparación de guías en máquinas - herramientas |
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Las industrias del sector del metal de todo el mundo se han encontrado alguna que otra vez con problemas de arañazos y marcas en las guías de máquinas tales como cepillos mecánicos, taladradoras, etc que acaban por averiarlas. En realidad lo que ocurre es que las virutas desprendidas de la operación de mecanizado se quedan entre la bancada y las guías originando en el metal unas ranuras de profundidad considerable.
Una de las formas de reparar este tipo de averías es mecanizar las guías e insertar un plato para posteriormente mecanizarlo de nuevo hasta conseguir el tamaño deseado. Si se hace esto la reparación será muy efectiva pero, por desgracia, es un método muy laborioso.
La mejor manera de repararlas es utilizando Magna 88C. Con este método las guías requieren un precalentamiento muy pequeño, lo que es algo muy importante a tener en cuenta para que su forma no se vea alterada en ningún momento. Además, la reparación es tan sencilla que, además de no tener que desmontar o mover la máquina, no es necesario que el operario de mantenimiento esté especializado en este tipo de reparaciones. Y, lo que es más importante, el tiempo improductivo de la máquina no será superior a unas horas, a diferencia de otros métodos en los que el equipo quedaba parado durante varias semanas.
La sencillez de esta reparación es notable y la gran resistencia que ofrece Magna 88C es una característica muy significativa.
Para aplicar esta aleación, limpie primero los arañazos con una rectificadora y realice un par de agujeros pequeños en la acanaladura de manera que funcionen a modo de anclajes de la aleación. Después cubra la zona con Magna 77 Flux. Aunque Magna 88C es una aleación que se aplica normalmente con Magna 88 Flux, para esta aplicación es necesario emplear Magna 77 Flux. Caliente indirectamente la pieza con una llama oxiacetilénica carburizante hasta que el flux se convierta en líquido.
Luego aplique Magna 88C, diámetro 3'2 mm (1/8"), frotando hasta estañar toda la superficie que se vaya a reparar. Con un cepillo de alambres limpio, frote con fuerza la superficie para así garantizar un estañado completo. Después extienda secciones de Magna 88C, cortadas en función de la longitud necesaria, en el interior de la grieta. Con la ayuda del soplete, la aleación se encargará de plastificar, que no derretir, la zona estañada a sólo 430ºF formando un ensamblaje sólido y resistente.
Llegado este momento bastará con que se rellenen las guías y la reparación habrá concluido. La superficie resultante no será tan dura como el hierro fundido, pero sí que será mucho más resistente (la aleación puede llegar a soportar más de 1500 libras de presión hidráulica). Diferentes pruebas realizadas han demostrado que su dureza persiste después de mucho tiempo de funcionamiento. El depósito final será compacto y fácilmente mecanizable.